El estudio L y M Arquitectos proyectó en Balcarce y México un edificio para oficinas de hormigón y vidrio que respeta y potencia la edificación tradicional vecina.
El edificio de oficinas Balcarce y México, proyectado por Marcelo Lorelli y Néstor Magnoli en pleno casco histórico de Buenos Aires, plantea la idea de que el cuidado del patrimonio puede consistir no sólo en conservar sino también en agregar valor allí donde no lo hay, a través una obra nueva. Es decir, una intervención activa, que suma volumen edificado de carácter contemporáneo sin resignar por eso el mayor de los cuidados por el patrimonio arquitectónico aledaño involucrado inevitablemente en el proyecto.
La obra obtuvo este año el segundo premio a la mejor intervención en obras localizadas en el Casco Histórico de la CABA, en el rubro Obra nueva/Ampliación, galardón otorgado por la Sociedad Central de Arquitectos y la Dirección General Casco Histórico del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Los proyectistas explican que el desafío consistió en generar un volumen absolutamente actual pero respetuoso de la historia, del paisaje urbano y de la impronta característica del lugar, tanto en lo que hace a su imagen exterior como hacia su espacialidad interior. El proyecto se plantea, así, como un “articulador entre el pasadoy el futuro”, que reconoce y reelabora con un lenguaje actual las características espaciales y arquitectónicas propias de las casas con patio tradicionales.
En un lote en forma de L, con dos salidas hacia Balcarce y México, la decisión básica consistió en recostar dos volúmenes sobre la línea de frente de cada calle, liberando un patio que los vincula espacial y funcionalmente. De esta forma se recrea la tipología de las casas tradicionales con patio y galería.
Sobre la calle México se construyó un nuevo edificio de planta baja y dos pisos altos que contiene el acceso principal: espacio de triple altura, a modo de un zaguán que se vincula directamente con el patio ubicado en el centro del terreno, mientras que sobre la calle Balcarce se rescataron dos losas existentes sobre las que se agregaron otras dos que enrasan al nuevo edificio con los linderos. De esta forma, la imagen del edificio responde tanto a la función que alberga como a la escala del barrio, y busca poner en valor a las construcciones vecinas.
La circulación que une los bloques se plantea como una galería recostada sobre una de las medianeras, que recorre el patio en toda su extensión. Esta galería, resuelta con decks, sirve al núcleo vertical y potencia la relación del conjunto.Ambas fachadas se componen de un plano de hormigón a la vista sobre la línea de frente y un plano transparente retirado, que, en su combinatoria, definen el esquema de basamento y desarrollo. En forma coherente con este planteo, en la planta baja de ambos frentes se plantearon locales con acceso directo desde la calle que podrían eventualmente alojar actividades comerciales autónomas.
Las plantas superiores se despojaron de todos los elementos que pudieran afectar el armado futuro: las columnas se desplazaron hacia las medianeras para lograr plantas totalmente libres que, al disponer de los dos frentes, potencian el vinculo entre la calle y el patio. También la ubicación de los núcleos de servicios facilita el armado de cada planta como una única unidad o como dos unidades independientes que, en ambos casos, mantienen una relación directa con el exterior.
Fuente: Arq Clarin
Link: http://arq.clarin.com/patrimonio/Lenguaje-contemporaneo-Monserrat_0_1016298841.html