miércoles, 20 de febrero de 2013

Fanáticos del pan dulce y de los lugares donde comprarlo

Algunos hacen dos cuadras de cola con tal de no romper la tradición


Ya sabía que tendría que hacer más de dos horas de cola, como todos los años. Pero no le importa esperar, porque si ella no lleva a la mesa familiar los prometidos pan dulces artesanales del restaurante español Plaza Mayor (un clásico que no decae nunca), su mamá, sencillamente, no la deja entrar. "Toda mi familia es de Bahía Blanca, y desde que yo me vine a vivir a Buenos Aires soy la encargada de comprar el pan dulce para las Fiestas. Si no lo llevo, directamente, no me abren la puerta de casa", dice sonriendo Lucrecia Straguzzi (34), que cumple con este rito desde hace cuatro años.

¿Con frutas o sin ellas? ¿Genovés o milanés? ¿Con trozos de chocolate amargo en lugar de pasas de uva y frutas abrillantadas? Las opciones para comprar un buen pan dulce casero es variada. Y aunque hoy no hace falta hacer dos cuadras de cola para conseguir un ejemplar de calidad, hay fanáticos que respetan a rajatabla esta tradición, legados familiares que son imposibles de romper en la celebración navideña. De hecho, al igual que Straguzzi, cientos de personas hacen cola por estos días en Plaza Mayor para comprar su pan dulce, de tipo genovés y con forma achatada. Respetando la receta original de la nona, como cuenta Federico Yahbes, gerente de la empresa, "ofrecemos el mismo pan dulce desde 1984, repleto de frutas escurridas, pasas de uva, nueces, almendras, avellanas y castañas". El kilo cuesta 85 pesos, y la mayoría de la gente sale del local con varias bolsas en la mano.