domingo, 9 de diciembre de 2012

La Casa Rosada es asimétrica

Los cuerpos laterales eran iguales, hasta que le rebanaron el ala sur para prolongar la calle Yrigoyen.

La Casa Rosada es un enclave patrimonial de gran densidad histórica. Demás está decir, por los hechos relevantes que allí se suscitaron y marcaron los destinos de nuestro país. No sólo eso, también desde la arquitectura concentra récords de historia y curiosidades por metro cuadrado. Las más recientes tienen que ver con la polémica que desató la plata que se va a gastar en hacer un puñado de refacciones. Estas parecen continuar una serie de obras ya realizadas que –luego de años de abandono– a partir de 1998 recuperaron las cuatro fachadas, cambiaron su color rosa por uno más intenso y restauraron algunos de sus imponentes salones.

Aunque pocos lo sepan, el frente de la Casa Rosada alguna vez fue simétrico, con su arcada central enfatizando el acceso principal y ceremonial sobre la Plaza de Mayo. Así lo proyectó en 1884 Francisco Tamburini, el mismo autor del Teatro Colón, el Departamento Central de Policía y del Colegio Mariano Acosta, entre otras obras destacadas. En realidad, si nos retrotraemos a los orígenes, de esta barranca bañada por el río emergían las murallas del Fuerte de Buenos Aires (1594). Con el tiempo, se fueron sucediendo una serie de edificaciones como la residencia para gobernadores y el palacio para los virreyes, hasta que en 1853 sirvió como sede del Gobierno Nacional. Fue Sarmiento quien durante su presidencia promovió una gran reforma que incluyó la arriesgada decisión de pintar todo de rosa.