Aunque nació formalmente en 1972, podría decirse que el barrio de Monserrat tiene tantos años como la ciudad. Entre sus límites guarda a la Plaza de Mayo y la del Congreso; la Casa de Gobierno y el Cabildo; el Colegio Nacional de Buenos Aires, la Manzana de las Luces y otros tantos sitios históricos. También fue en 1972 cuando se oficializó como tal el barrio Boedo, que originariamente era territorio proletario compartido entre Almagro, San Cristóbal y Parque de los Patricios, y principios del siglo XX comenzó a tomar notoriedad con la aparición de los cafetines, el tango y la literatura social desarrollada por el Grupo Boedo. La fundación de Saavedra se asocia con la de Núñez, y el barrio comenzó a crecer con la inauguración, en 1891, de la estación Luis María Saavedra, en las inmediaciones de la estancia de esa familia, en cuyo casco funciona hoy un museo histórico.
En el centro, sur y norte de la Capital, estos tres porteñísimos barrios no sólo tienen un pasado que contar; en el presente son interesante opción dentro del mercado inmobiliario, conjugando propuestas de calidad y precios menores a los de los barrios con mayor demanda. Marcelo Di Mitrio, socio de Di Mitrio Inmobiliaria, comentó: "Si bien no es la traza oficial, podría decirse que Monserrat ocupa un rectángulo limitado por las avenidas Entre Ríos, Rivadavia, Independencia e Ingeniero Huergo. Dentro conviven un área de protección histórica, una de oficinas y una residencial, lo que de por sí habla de un público heterogéneo. En materia de inmuebles residenciales hay jóvenes que buscan su primera vivienda y otra gente que prefiere los edificios antiguos, de estilo, con unidades de grandes superficies".