jueves, 26 de septiembre de 2013

Patoruzú ya tiene su escultura en el Paseo de la Historieta

El personaje creado por Dante Quinterno se sumó a los símbolos del cómic argentino.


Huija. Así parece gritar el noble y fiero cacique tehuelche que Dante Quinterno dibujó por primera vez para el diario “Crítica” en 1928. 


Ya está en Paseo Colón y Belgrano. El poncho amarillo al viento, los pantalones arremangados, las ojotas, la pluma y las boleadoras típicas. Ayer a la tarde la escultura de Patoruzú se sumó al Paseo de la Historieta y la valentía y la generosidad del último cacique tehuelche, una creación de Dante Quinterno, acompaña a los vecinos en el Bajo porteño.

lunes, 3 de junio de 2013

Recurso de amparo contra las obras en la calle Bolívar

La entidad Basta de Demoler objetó la nivelación de calzadas y aceras prevista, ya que alterará el paisaje cultural


La asociación civil Basta de Demoler presentó un recurso de amparo para impedir el avance de la obra de puesta en valor de la calle Bolívar, por considerar que viola la normativa que rige al casco histórico, catalogado como APH1, así como la ley de empedrado.

Según surge del texto del amparo, esa entidad defensora del patrimonio cultural edilicio porteño objeta principalmente que la calzada y la acera de la calle Bolívar sea nivelada, tal como lo prevé el Ministerio de Desarrollo Urbano.

Considera que esa modificación atenta contra la conservación de la historia y la arquitectura coloniales, además de alterar "un valor fundamental del patrimonio como es la autenticidad, que permite apreciar los rasgos principales que identifican a un objeto, zona o paisaje".

En ese sentido, recuerda que la ley N°65 establece "expresamente que el empedrado de vías circundantes a sitios históricos se debe conservar y se reemplazará, si fuere necesario, por el mismo material".

martes, 28 de mayo de 2013

Accesibles y bien ubicados

Con propuestas de nivel, Boedo, Monserrat y Saavedra aparecen como una alternativa ante barrios más caros


Aunque nació formalmente en 1972, podría decirse que el barrio de Monserrat tiene tantos años como la ciudad. Entre sus límites guarda a la Plaza de Mayo y la del Congreso; la Casa de Gobierno y el Cabildo; el Colegio Nacional de Buenos Aires, la Manzana de las Luces y otros tantos sitios históricos. También fue en 1972 cuando se oficializó como tal el barrio Boedo, que originariamente era territorio proletario compartido entre Almagro, San Cristóbal y Parque de los Patricios, y principios del siglo XX comenzó a tomar notoriedad con la aparición de los cafetines, el tango y la literatura social desarrollada por el Grupo Boedo. La fundación de Saavedra se asocia con la de Núñez, y el barrio comenzó a crecer con la inauguración, en 1891, de la estación Luis María Saavedra, en las inmediaciones de la estancia de esa familia, en cuyo casco funciona hoy un museo histórico.

En el centro, sur y norte de la Capital, estos tres porteñísimos barrios no sólo tienen un pasado que contar; en el presente son interesante opción dentro del mercado inmobiliario, conjugando propuestas de calidad y precios menores a los de los barrios con mayor demanda. Marcelo Di Mitrio, socio de Di Mitrio Inmobiliaria, comentó: "Si bien no es la traza oficial, podría decirse que Monserrat ocupa un rectángulo limitado por las avenidas Entre Ríos, Rivadavia, Independencia e Ingeniero Huergo. Dentro conviven un área de protección histórica, una de oficinas y una residencial, lo que de por sí habla de un público heterogéneo. En materia de inmuebles residenciales hay jóvenes que buscan su primera vivienda y otra gente que prefiere los edificios antiguos, de estilo, con unidades de grandes superficies".

miércoles, 20 de febrero de 2013

Fanáticos del pan dulce y de los lugares donde comprarlo

Algunos hacen dos cuadras de cola con tal de no romper la tradición


Ya sabía que tendría que hacer más de dos horas de cola, como todos los años. Pero no le importa esperar, porque si ella no lleva a la mesa familiar los prometidos pan dulces artesanales del restaurante español Plaza Mayor (un clásico que no decae nunca), su mamá, sencillamente, no la deja entrar. "Toda mi familia es de Bahía Blanca, y desde que yo me vine a vivir a Buenos Aires soy la encargada de comprar el pan dulce para las Fiestas. Si no lo llevo, directamente, no me abren la puerta de casa", dice sonriendo Lucrecia Straguzzi (34), que cumple con este rito desde hace cuatro años.

¿Con frutas o sin ellas? ¿Genovés o milanés? ¿Con trozos de chocolate amargo en lugar de pasas de uva y frutas abrillantadas? Las opciones para comprar un buen pan dulce casero es variada. Y aunque hoy no hace falta hacer dos cuadras de cola para conseguir un ejemplar de calidad, hay fanáticos que respetan a rajatabla esta tradición, legados familiares que son imposibles de romper en la celebración navideña. De hecho, al igual que Straguzzi, cientos de personas hacen cola por estos días en Plaza Mayor para comprar su pan dulce, de tipo genovés y con forma achatada. Respetando la receta original de la nona, como cuenta Federico Yahbes, gerente de la empresa, "ofrecemos el mismo pan dulce desde 1984, repleto de frutas escurridas, pasas de uva, nueces, almendras, avellanas y castañas". El kilo cuesta 85 pesos, y la mayoría de la gente sale del local con varias bolsas en la mano.